14.4.10

Me desperté y el dinosaurio seguía allí (nanorrelatoss)

El título de este post es un ejemplo clásico y famoso que lo que ahora se llama “nanorrelato”. Un "nanorrelato" es una frase que en sí misma encierra toda una historia. O mas apropiadamente descrito: un nanorrelato es una impúdica frase desnuda que al leerla te obliga a imaginar una historia para “vestirla”. Los hay jocosos que prácticamente entran en la categoría de chistes breves: “ Maté al adivino porque preguntó mi nombre”, poéticos: “Soy un teléfono que suena en una casa vacía” , tristes: “Se venden dos pares de botitas de niño sin usar”, con pretensiones metafísicas: “Dios abrió los ojos: Bing Bang”, en fin de todo tipo y condición (aunque lo que más menudea son los relatos de terror encubiertos, casi una especialidad).

Se dice que la primera frase que encabeza un libro es fundamental para atrapar al lector, el escritor lo sabe y por ello muchas “primeras frases” de conocidas novelas son nanorrelatos por derecho propio, desde el un tanto farragoso: “En un lugar de la Mancha -de cuyo nombre no quiero acordarme- no ha mucho tiempo vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor” de Cervantes, hasta el lacónico “Llamadme Ismael” de Melville.

Como el nanorrelato se ha puesto de moda y en la red menudean los concursos se han instituido reglas. Tan breves como él mismo. Si bien el nanorrelato “puro” consiste en una única frase, se permite más de una frase, e incluso incluir “muletas” (título o firma) siempre y cuando no se rebasen las diez palabras en total. A título ilustrativo, el ganador del I Premio BCN de nanorrelatos ha sido “El Artista” de Alejandro Alcalde: “Lo sentimos Adolf, pero no tienes bastante talento”. Diez palabras justas, incluyendo el título.

En mi opiníon lo de las muletas es poner las cosas demasiado fáciles: frases a priori tan inocentes como “Perdí mucho tiempo limpiando la habitación” o “Lo que mas me gustó de ella fueron sus ojos” cobran fácilmente un nuevo significado si titulamos a la primera “El sicario” o firmamos la segunda “Hannibal Lecter”

En fin: que es divertido probar.

“La culpa la ha tenido Diana”


P.D. Y si hay nanorrelatos, también hay películas de nanometraje. Los "nanos" de autopropaganda del antiguo Canal13 (especializado en el género negro) duraban escasamente diez segundos pero eran fantásticos. ¿Quien no recuerda aquél teléfono móvil que sonaba en el jardín mientras el aspersor regaba la tierra removida?. ¿O el del patito de goma ?. ¿O el del ascensor vacío?