25.8.05

Fotos, fotos, fotos!

Fotos, fotos, fotos. Yo tengo olvidada en el fondo de algún armario una cámara Zenith , una de esas cámaras reflex rusas a prueba de bomba que a mediados de los 70 inundaron el mercado de la fotografía por su escaso precio y su ...calidad. Para tomar una foto hay que tener en cuenta la sensiblidad del carrete y calcular mentalmente la abertura de diafragma, la velocidad de obturación, la distancia focal... Normalmente, cuando disparas el pájaro ha volado en busca de alpiste pero eso sí, cuando salían bien las fotos eran magníficas. Y no tirabas muchas porque los precios del revelado eran prohibitivos.

Las fotos se guardaban cuidadosamente en un álbum para que poco a poco se fueran volviendo roñosas y así adquirieran ese aire onírico que caracteriza a las cosas que nunca fueron como las recuerdas. Al cabo de los años te atrevías a enseñar las fotos a un círculo selecto de familiares y amigos. Con suerte nos reíamos mucho.

Con la tecnología actual la fotografía se ha puesto de moda. Todo el mundo tiene una cámara digital o un teléfono móvil Y todo el mundo se ha convertido en el reportero instantáneo. Estás comiendo tranquilamente en el restaurante y ¡zas!, ¡zas!. Te flasean a diestro y siniestro. Vas por la calle y ¡zas! , vas a.... y ¡zas!. No es que sea paranoico, por descontado que sé que esas fotos no van por mí (no todas, al menos) , pero seguro que a estas alturas formo parte del fondo de un montón de ellas. Y si las pegaran en un álbum como se hacía antes tiene un pase, pero no. Las cámaras permiten disparar cientos de fotografías en lugar de las pocas decenas que se podían disparar hace años. Y como todo el mundo las cuelga en interné, pues... ¿qué pasa con mi intimidad y mis derechos de imagen?.

Esto de los álbunes de fotos es que tiene guasa también. Todo el mundo tiene uno. Y todo el mundo quiere que el resto del mundo les diga los buenos fotógrafos que son. Si los que cuelgan fotos en interné colgaran una o dos bien elegidas aún tendrían perdón pero hay quien cuelga las sopotocientas mil fotos que tira al día. Y se empeñan en que los amigos las vean todas!. Y que las comenten!. Joer. Mientras miramos y comentamos las fotos de tu álbum no vemos las mías asi que.. ¿qué esperas?.

13.8.05

Diario chungo 2


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Tal vez Asazkabrón tenga razón y debería titularlo "Las Crónicas de un guiri". O mejor "El Turisticón", pero mira, chungo nació y chungo se queda. Lo he colgao casi íntegro en babayaes dos pa que podais reiros de él (del diario) ... y de mí, por supuesto.
Muchos de vosotros sois muy viajaos, pero para Isa y para mí es la primera vez que nos animamos a hacer una escapada destas. Así que con toda deliberación fuimos a "hacer el guiri", es decir, a mirarlo todo con la boca abierta, a tirar tantas fotos como fuera posible, a comprar recuerdos kitchs mas falsos que Judas, y a dejarnos embaucar, liar, guiar y conducir como borregos. Y lo pasamos divinamente.

Vale, yastá pasao el diario a la güeb y ya dejaré de atormentaros con el puñetero viajecito. La semana que viene... hablaremos del gobierno.

Xac

7.8.05

Diario chungo

Como os dije durante el viaje llevé (debería decir "fuí obligado a llevar") una especie de diario. Resultó en una parodia un poco atípica. La página que hoy cito corresponde a la llegada a Luxor. Me impresionó bastante el recorrido nocturno por la ciudad. A las once y media de la noche la ciudad bullía como no he visto en ningun otro lugar. Todos los comercios estaban abiertos y parecía que toda la población de tres años para arriba estuviera en la calle. El caso es que, de día, la actividad no parecía ser menor, asi que no sé cuando duerme esta gente.

2.8.05

Cristina


















En uno de sus libros Terry Pratchet decía que los camellos entretienen su tiempo calculando mentalmente integrales booleanas y matrices n-dimensionales. Por lo que sabemos podría perfectamente ser cierto. Entretanto lo que sí sabemos es que un camello es el único animal que parece capaz de moverse en todas direcciones al mismo tiempo. Sobre la encantadora camella de la foto me dijeron que se llamaba Cristina. Dado que los otros camellos se llamaban Oscar, o Juan, o Carmen y que estábamos en Assuán deduzco que o bien el nombre era mas falso que un euro de madera o bien los nativos tienen un curioso sentido del humor.

Mi relación con la supuesta Cristina fue breve pero intensa. Dimos un largo ( muy largo) y romántico paseo por las orillas del Nilo milenario. Desgraciadamente, también nos dimos cuenta de que no estábamos hechos el uno para la otra. Durante algunos dias pude presumir de tener el culo pelado de ir en camello. Literalmente. Maldito bicho.