Bueno, mas que nada por hacer algo diferente y también debido a haber sido presionado, conminado y casi, casi obligado me he puesto a hacer carpintería, algo que salvo cuatro chapuzas en casa no me había animado a hacer hasta ahora. Bueno, carpintería tampoco es y tampoco estoy excesivamente satisfecho del resultado. Se puede mejorar pero para un primer intento tampoco está tan mal. ¡Qué narices, está muy bien!. Tanto que voy a poner aquí las afotos.
Tachaán!: Cuna mecedora para muñeco de diseño propio en estilo preindustrial steam. 44x24x50. Hecha a mano en madera de pino y barnizada en color caoba. Desmontable para transporte. No hay ni un solo clavo o pieza metálica en la construcción. Tampoco he utilizado herramientas eléctricas salvo para los taladros porque hacerlos a mano me provoca túnel carpiano. Todas la ropitas han sido diseñadas, cortadas y cosidas a mano por mi señora esposa. Lo que uno hace por los nietos.
22.3.12
9.3.12
DIA DE LA MUJER
Ayer fue el Dia Internacional de la Mujer Trabajadora o algo así. La verdad: nunca me han gustado estos “dias dedicados” a un tema concreto. Por un lado es como si se quisiera sentar ortodoxia o algo así, y por el otro como si el resto del año no importase gran cosa. Lo sacralizan al mismo tiempo que lo trivilizan. Queda como un poco… stalinista.
Pero bueno, ya que estamos y como que el Pisuerga pasa por Valladolid, aprovecho la ocasión para rendir homenaje (y presentaros, si no la conoceis) a una de mis artistas favoritas: una pintora del XIX llamada Rosa Bonheur.
Como pintora es muy académica, con una técnica minuciosa rallana en el hiperrealismo. Quizá haya a quien no le guste por excesivamente académica pero a mi me encanta. Aunque pintaba de todo, su temática favorita era muy poco corriente: los animales, especialmente los de granja. Los “retrataba” como nadie los retrató ni los retrataría jamás
Como mujer todo un personaje y para variar alcanzó el éxito . Y eso que lo tenía todo en contra: era mujer en una sociedad machista y en un oficio tradicionalmente de hombres, sus orígenes familiares eran (por decirlo suavemente) oscuros; y para acabarlo de redondear su lesbianismo era del dominio público, ya que no hizo del mismo ningún secreto (Y ojo, que estamos hablando de la época Victoriana !) . Sin embargo su arte rompió cualquier prejuicio y contó entre sus amistades a reyes y presidentes de Estado.
En fin. En cualquier buscador de imágenes escribid “Rosa Bonheur” y que hable por si misma.
3.3.12
Chapuzas
Todas las mujeres del mundo saben (o deberían saber) que la única diferencia entre un hombre adulto que entra en una ferretería y un niño que entra en una juguetería, es que , por desgracia, el adulto suele llevar encima la tarjeta de crédito.
Tengo el cubículo que pomposamente llamo "el taller", lleno de herramientas que no necesito, que nunca he usado y que tampoco sé usar (por mucho que presuma de saber hacerlo). Si a esto sumamos las que me han regalado, (si no sabes que regalarle el día del padre, un moderno taladro electrónico de velocidad variable siempre queda bien, aunque ya tenga siete), las cajas de herramientas, los botes de pintura que nunca te decides a tirar porque aún están medio llenos, las piezas sobrantes de reparaciones domésticas que tampoco tiras por un "si acaso" que nunca ocurre, los tornillos que comprastes por cajas aunque sólo necesitabas dos y un inmenso etcétera de chismes y artefactos diversos que una vez pensaste que necesitabas desesperadamente, fácil es imaginar la cantidad de trastos que pueden acumularse tras veinte o treinta años años de ejercicio de supuesto aficionado al bricolage.
Y lo peor, lo peor de todo es que cuando realmente necesitas algo, nunca lo tienes. Y tienes que volver a la ferretería... ¿Con qué cosas saldré esta vez?
Tengo el cubículo que pomposamente llamo "el taller", lleno de herramientas que no necesito, que nunca he usado y que tampoco sé usar (por mucho que presuma de saber hacerlo). Si a esto sumamos las que me han regalado, (si no sabes que regalarle el día del padre, un moderno taladro electrónico de velocidad variable siempre queda bien, aunque ya tenga siete), las cajas de herramientas, los botes de pintura que nunca te decides a tirar porque aún están medio llenos, las piezas sobrantes de reparaciones domésticas que tampoco tiras por un "si acaso" que nunca ocurre, los tornillos que comprastes por cajas aunque sólo necesitabas dos y un inmenso etcétera de chismes y artefactos diversos que una vez pensaste que necesitabas desesperadamente, fácil es imaginar la cantidad de trastos que pueden acumularse tras veinte o treinta años años de ejercicio de supuesto aficionado al bricolage.
Y lo peor, lo peor de todo es que cuando realmente necesitas algo, nunca lo tienes. Y tienes que volver a la ferretería... ¿Con qué cosas saldré esta vez?
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