30.7.05

Hoy como ayer


Una de las cosas que más me llamó la atención entre los muchos pedruscos que he visto, fue este panel en el templo de Kom Ombo. Según el guía, que yo no lo tengo muy claro, el templo se erigió en honor a Sobek, pero como el dios cocodrilo estaba considerado si no exactamente maligno, sí como una deidad con bastante mala leche, cada vez que se erigía un templo en su honor, éste se consagraba también a una deidad más benévola que lo mantuviera vigilado, en este caso Horus.

Al grano, que es lo sano: Buena parte del templo era, en realidad, un hospital. Los médicos pasaban consulta en una especie de capillitas mientras los pacientes hacían cola en los pasillos. Amenizaban la espera tallando graffitis en las paredes y los suelos (lástima que las fotos esas no hayan salido bien). El panel central de la fotografía representa el instrumental médico básico de los matasanos de entonces: diversos tipos de pinzas, bisturíes, cucharillas, tenazas y otros instrumentos de tortura. A la derecha, siempre según el guía, una lista de recetas de pociones comunes, incluyendo los ingredientes y sus proporciones. A la izquierda se representa un parto, con las mujeres embarazadas sentadas en las sillas gestatorias. Igualito que los posters que pueden verse en las consultas hoy día, solo que en material bastante mas indeleble. Me gustó mas esto que todas las escenas de faraones haciendo ofrendas a los dioses o masacrando infelices.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante, interesante. ¿Es el primer capítulo del diario de viaje prometido ;) ?

Anónimo dijo...

Está guapa la piedra. ¿No se te habrá ocurrido a ti hacer alguna firma también, verdad?

Xac Mazo dijo...

Poz no y no. No es el diario de viaje, éste tiene otro formato (je, je) y aún he de concluirlo y pasarlo por el scanner.
Y no dejé mi firma aunque resulta bastante lamantable ver cómo sí que lo hicieron Elliot, Carvanon, Scott, Mariotte, el mismo Champollion e incluso Lesseps. Todos estos y muchísimos otros menos conocidos han grabado sus nombres bien profundo en los monumentos en lugares bien visibles, algunos destruyendo en parte bajorrelives y pinturas originales. ¡Y se llamaban a si mismos civilizados y arqueólogos!.

¿Y btu diario de lo de Italia, Maxi?

Anónimo dijo...

pero es que también eran humanos...quién no se tentó en grabar dos corazones, o su nombre, en un árbol o en una pared, o en la arena, que levante la mano.
Por otro lado (o precisamente por estar en ese lado) la tentación de pasar a la inmortalidad pudo haber sido mayor que su "cultura".
Vale, esperamos más...;-)