Escribía ayer en el otro blog, babayaes dos :
Juer. Me han robao la cartera. Así como suena. Ayer noche salimos de un restaurante y puedo jurar que la tenía, puesto que de ella saqué el dinero para pagar. Esta mañana al coger el abrigo me doy cuenta que la cartera no está en su bolsillo. Me la han birlado tan limpiamente que ni siquiera me dí cuenta.
Paso 1: Pongo patas arriba la habitación y media casa sin otro resultado que poner histérica a la familia. Paso 2: acudo al resturante por si se me hubiese caido y quisiera la suerte que la hayan encontrado (a pesar de que estoy seguro de haberla guardado): no saben nada ni la han visto. Evidentemente si se ha caido y alguien la ha encontrado, le ha buscado mejor uso. Paso 2: me lio a hacer llamadas para anular las tarjetas de crédito (a estas horas han tenido tiempo de sobras para saquearme la cuenta y comprar el ajuar de tres novias, viaje de novios incluido). Paso 3: acudo a la policía a ver si alguien la ha entregado en objetos perdidos y si no, a poner una denuncia (vuelva usted mañana, es tarde y las oficinas estan cerradas: sólo acudimos a emergencias). Paso 4: agarrar una depre pensando en cual será en estos momentos mi saldo bancario y, como podré recuperar mi dinero y lo que me va a costar en tiempo y cabreos hacerlo. Paso 5. Duplicar la depre pensando en la faena que me espera: renovar el carné de identidad, el permiso de conducir, la tarjeta sanitaria, el carnet de la biblioteca, el carnet profesional, .. preveo cientos de desplazamientos, colas, ventanillas y funcionarios. Paso 6: me sirvo un par de FR y a la mierda con todo.
Si tiene arreglo, se arreglará
Si no lo tiene; arreglao estaaá
Bueno pues menos de siete horas después de presentada la denuncia me llama la policía para comunicarme que la cartera ha aparecido. Documentación, tarjetas, carnets, recuerdos... está todo menos el dinero. Puedo darme por contento: me he ahorrado el tener que invertir varios dias de vacaciones en papeleos y burocracias. Pregunto que cómo la han encontrado, me responden que un policía municipal la encontró tirada en la calle del otro extremo del pueblo. Lo que pienso acerca de la casualidad de que precisamente fuese a encontrarla un policía de ronda me lo callo (apuesto una botella de Four Roses contra un café a que la policía sabía exactamente a quien tenían que preguntar por ella). Me preguntan si alguna de las personas con quienes me tropecé esa noche me pareció sospechoso. Respondo que no , y es la verdad. El ladrón fué muy hábil.
Uno incluso tiene que estar contento de haber sido esquilmado por un auténtico profesional, capaz de sacarte la cartera del bolsillo interior de un abrigo abrochado sin que te enteres, y no por uno de esos "aficionados" con navaja que empiezan a ser demasiado abundantes. Me dice el madero que esta gente suele dejar las carteras de sus victimas donde pueden ser encontradas, habitualmente dentro de un buzón de Correos . Sólo cogen el metálico y abandonan lo demas, incluso las valiosas tarjetas, de esta forma se aseguran de que la denuncia será archivada. A pesar de que la policía sabe de sobras quienes son, no se puede hacer nada contra ellos salvo que se les atrape con las manos en la masa. Y la víctima incluso queda satisfecha y, lo reconozco, un poco orgullosa de que aún queden ladrones "de verdad" , de los románticos. ¿Sindrome de Estocolmo?.
3 comentarios:
Pues ya lo siento, ya. ¿Carteristas en Sansa? Yo pensaba que el dinero de las cavas estaba bien protegidito, pero se ve que la bolsa atrae por igual. Lo malo es tener que alegrarse de que a) no te hayan robado más, b) que haya sido limpio y sin violencia; y c) que te ahorres los trámites (menos los de las tarjetas).
Por cierto, no sé si es que no aparecen todas o es que algo le pasa a las fechas de tus historias, pero es un jaleo tener que recorrerme el blog entero buscando novedades...
Efectivamente no se que coño pasa con las fechas. Aparecen en orden aleatorio y tengo que corregirlas continuamente. Me fijaré cada vez, es la unica manera.
Hola jefe (y hola Max que pululas por el mundo):
Se cuenta un chiste de catalanes en el cual iba un catalán con su esposa por la calle y un atracador les dice:
- ¡La bolsa o la vida! a lo cual obviamente el catalán responde:
- Anda mi vida, vete con este señor.
Saludos
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